Por un lado, pensando en el grupo etario, podemos encontrar disciplinas de yoga que se adaptan para todo tipo de personas: niños, embarazadas, adultos mayores, jóvenes, para tratar cualquier tipo de lesión, etc.
Por otro lado, podemos dividirlas en las que predominan los ejercicios de fuerza y posturas y que son más intensas a nivel físico, las que son más meditativas e introspectivas y las que se trabaja mayormente la elongación y la flexibilidad.
Dentro de los estilos más conocidos, vamos a nombrar algunos:
ASHTANGA (o yoga de poder): es bien postural y de fuerza. Un tipo de yoga intenso y exigente a nivel físico.
BIKRAM (o yoga con calor/caliente): tiene la particularidad de que se eleva la temperatura ambiente. Fue creado en occidente y el objetivo que tiene principalmente es la de lograr calentar rápidamente músculos, tendones y ligamentos para poder estirarlos más fácilmente.
HATHA: es más integral. Suele incluir tanto ejercicios posturales y de fuerza como una buena base de meditación y relajación y estiramiento.
INTEGRAL: es un poco más suave. Incluye en gran parte ejercicios de meditación y relajación y una buena base en la respiración.
KUNDALINI: Está bien enfocado en las respiraciones dentro de las posturas. Su principal fin es liberar tensiones desde el inferior del cuerpo hasta arriba o parte superior.
Más allá de estas disciplinas, también existen algunas escuelas que combinan varias de ellas convirtiendo al yoga en una disciplina bien completa e integral.
En caso de querer comenzar a realizar la práctica, es importante entender cual es mi objetivo y que es lo que busco antes de elegir la disciplina, para entender cuál es la que mejor se adaptará a mis necesidades.