Cuidar el cerebro y funciones como la memoria es tan importante, como cuidar el corazón o los pulmones, para disfrutar del bienestar integral. Estudios científicos confirman que hábitos diarios, especialmente relacionados con la alimentación y las rutinas, pueden influir significativamente en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer.
Para evitar daños en las estructuras cerebrales y la pérdida de funciones vitales como la memoria, como sucede con el Alzheimer, debes tomar en serio la práctica de estos hábitos que también favorecerán tu salud integral:
- Evita la oxidación cerebral. Una dieta rica en antioxidantes, grasas saludables y vitaminas te ayudará a prolongar la memoria al reducir la inflamación y estrés oxidativo en el cerebro. Esto puedes lograrlo de forma práctica al incorporar en la dieta alimentos como pescados grasos, frutos rojos, vegetales de hoja verde, nueces y semillas.
- Pon en agenda 30 minutos de actividad física. Ejercitarte al menos media hora al día es esencial para mejorar la circulación sanguínea, con lo cual se reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y se estimula la neuroplasticidad, clave para mantener una memoria activa.
- Suplementación inteligente. Si bien el organismo necesita de todas las vitaminas, las del complejo B, como la B6, B9 y B12 son esenciales para la salud del sistema nervioso. Además, los suplementos de gingo biloba y omega 3 son beneficiosos en la función cognitiva.
- Entrena tu mente. Desafiar al cerebro con juegos de lógica, lectura, aprendizaje de nuevos idiomas o instrumentos musicales fortalece las conexiones neuronales que favorecen la memoria, la concentración y la capacidad de resolver problemas.
- Duerme lo suficiente y con calidad. A mayor rendimiento, debes tomar más en serio el descanso. Dormir entre siete y nueve horas por la noche favorece la consolidación de la memoria y elimina las toxinas cerebrales acumuladas durante el día. Por ello, dormir suficiente y con calidad es tan importante como seguir una dieta balanceada. las toxinas cerebrales acumuladas durante el día. Por ello, dormir suficiente y con calidad es tan importante como seguir una dieta balanceada.
ENEMIGOS DE LA MEMORIA
Además de seguir buenos hábitos es importante que dejes prácticas que pueden ser perjudiciales para tu salud mental, como fumar y consumir alcohol en exceso. Estas sustancias se relacionan con mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Por otra parte, la obesidad y el sedentarismo contribuyen a la inflamación y al riesgo de enfermedades cardiovasculares, las cuales tienen un impacto en el funcionamiento cerebral. Estos factores pueden reducirse en la medida que más practiques los hábitos de una dieta balanceada y de actividad física diaria.
Otro enemigo importante, aunque parezca inofensivo y parte de la vida diaria, es el estrés crónico. Este puede aumentar los niveles de cortisol, deteriorando zonas del cerebro responsables del funcionamiento cognitivo, como el hipocampo.
Con el ritmo de vida actual, cuidar la memoria requiere esfuerzo, pero no hay duda de que vale la pena seguir los hábitos que previenen daños al cerebro y evitar los factores que favorecen enfermedades como Alzheimer.