Partiendo de la premisa de que nuestro cuerpo está compuesto por más del 70% de agua, se vuelve evidente que mantener una buena hidratación es esencial para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. La hidratación desempeña varias funciones clave que pueden mejorar la calidad de vida y el rendimiento deportivo.
Por otro lado, cuando se persiguen cambios en la composición corporal, es muy funcional ya que genera saciedad a mediano plazo y cuida la tendencia a pérdida de masa muscular a pesar de estar en déficit calórico si la consumimos a lo largo del día y en (casi) todas las comidas principales.