Como patología pandémica, ha sido nuestro foco de interés en este último tiempo. Cada vez son más los estudios que vinculan la sintomatología y recuperación posterior a la misma.
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Como patología pandémica, ha sido nuestro foco de interés en este último tiempo. Cada vez son más los estudios que vinculan la sintomatología y recuperación posterior a la misma.
Bien sabemos que lo que genera es una inflamación generalizada. Esto lleva a un desgaste energético alto, provocando mucha fatiga muscular y cansancio total. A la vez, afectando principalmente vías respiratorias y aparato digestivo (inflamación gastrointestinal y tendencia a náuseas, vómitos y diarreas). Esto puede traer consecuentemente efectos de deshidratación que empeoraría el cuadro. Es por ello por lo que se recomienda una HIDRATACIÓN adecuada, junto con una alimentación nutricionalmente completa, sobre todo transitando el cuadro de la enfermedad, para que genere menos impacto y que la recuperación posterior sea más rápida.
PAUTAS NUTRICIONALES:
Además de llevar una alimentación nutricionalmente completa y una buena hidratación durante y posterior a la enfermedad, podría ser interesante evaluar el uso de alimentos ANTIOXIDANTES y por ende antiinflamatorios para disminuir la tendencia a inflamación generalizada como frutos rojos, cítricos y todo alimento rico en vitamina C.
Considerando ciertos nutrientes como la VITAMINA D o la VITAMINA B12, habría que evaluar depósitos de estos y considerar si será necesaria la suplementación, ya que, por ejemplo, la vitamina D juega un rol en nuestro sistema inmunológico.
En cuanto a los entrenamientos, considerando la falta de energía, inflamación generalizada y afección en el sistema respiratorio, es de vital importancia RETOMAR MUY PROGRESIVAMENTE, escuchando al cuerpo y sin sobre exigir. Ya que la sobre exigencia solamente enlentece la recuperación y puede ser riesgosa para nuestra salud.
Comenzar con pequeños y suaves estímulos. Y a medida que vas mejorando sensación, aumentando paulatinamente intensidad y duración de estos, hasta alcanzar la total recuperación.
Tengamos paciencia, porque puede llevar tiempo. Y fundamental que al evaluar retomar la actividad física hagamos todos los estudios pertinentes.
CONCLUSIÓN:
Nos hemos encontrado en una situación totalmente nueva, de la que seguimos aprendiendo día a día. Todavía no hay suficiente evidencia científica que corrobore las pautas de recuperación, pero de algo si estamos seguros: más allá de que se siga investigando, es de vital importancia que tengamos acompañamiento profesional para lograr optimizar la recuperación de manera segura.
Lic. Angeles De Carli, Nutrición Deportiva y Running