El sistema inmune es la barrera del organismo que combate las infecciones y enfermedades, y todo aquello que nuestro organismo no reconoce como propio.

Es de vital importancia para poder mantener el equilibrio u homeostasis corporal.

Cuando el organismo no reconoce algo como propio, lo “ataca” a modo preventivo. Puede generar síntomas de malestar y estrés físico y metabólico, ya que puede haber daño. Pero el fin principal es protegernos frente a ese agente extraño.

Cuanto más fuerte sea nuestro sistema inmunológico, habrá menor tendencia a daño. Por eso debemos mantenerlo fuerte.

NUTRIENTES CLAVE
Las inmunoglobulinas (soldados que forman parte del sistema inmune) están formadas por PROTEÍNAS, por lo que el primer nutriente a considerar para mantener un sistema inmune fuerte y sano es el aporte diario de proteína. Si llevamos una alimentación insuficiente a nivel nutricional, uno de los primeros síntomas se relaciona con mayor tendencia a enfermedades o cuadros más graves de las mismas, ya que nuestro sistema inmune se encuentra débil desde la base.

El segundo nutriente para considerar es la vitamina C, ya que actúa como antioxidante, previniendo la formación de radicales libres que generan el deterioro o envejecimiento celular. Por lo que su consumo también fortalecería las barreras inmunológicas.

Por último, pero no menos importante, nos encontramos con la Vitamina D. Estudios recientes relacionan su ingesta a una disminución en la tasa de enfermedades.

CONCLUSIÓN

Una alimentación equilibrada y completa a nivel nutricional es la base para fortalecer el sistema inmune y prevenir enfermedades. Realizar laboratorios de rutina anuales es clave, ya que algunas vitaminas como la D suelen estar bajas, sobre todo en invierno. Su suplementación, en estos casos, contribuiría a mantener el sistema inmune fuerte.