Hacer pausas frente a las pantallas no es un lujo, sino una necesidad para recuperar energía, claridad mental y prevenir enfermedades. La desintoxicación digital se ha convertido en una recomendación médica cada vez más común para el bienestar físico y emocional.

Estar siempre conectado puede llevarte inconscientemente a un estado de ansiedad, alteración del sueño y fatiga mental. Al desconectarnos, le damos a 
la mente la oportunidad de descansar, mejorar la concentración y disfrutar más del presente.

Debido al proceso de desarrollo mental en que se encuentran, los niños y adolescentes son los más vulnerables en el uso excesivo de pantallas. Su uso frecuente puede provocar problemas de atención, bajo rendimiento escolar, trastornos del sueño, menor desarrollo de habilidades sociales, sedentarismo y sobrepeso, con sus respectivas consecuencias. Alternativas como el deporte, la lectura y las actividades artísticas ayudan a equilibrar su desarrollo.