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El secreto no está en una sola acción, sino en una sinfonía de hábitos. Sigue las siguientes recomendaciones para apoyar a tu sistema inmune:

Incluir frutas, verduras, granos integrales y grasas saludables en tu alimentación, es darle combustible de calidad a tu cuerpo.

Esto es igual de importante, pues aunque haga frío, el cuerpo sigue necesitando hidratación para transportar nutrientes y mantener su equilibrio.

Se recomienda hacerlo entre siete y nueve horas, pues durante este período las defensas se regeneran y los glóbulos blancos se preparan para un nuevo día.

Camina, baila, practica yoga o tu deporte favorito para estimular la circulación y mantener al cuerpo activo.

Realiza respiraciones profundas, meditación o simplemente ten un momento de pausa cada día.

El alcohol o el tabaco son enemigos silenciosos, sin ellos las defensas pueden trabajar sin distracciones.
Preparar el sistema inmune para la temporada de frío es un acto de amor propio. Es elegir cuidarse, escuchar al cuerpo y permitirle brillar, incluso bajo las nubes más grises. Porque cuando el bienestar nace desde adentro, ningún invierno puede apagarlo
Actúa como antioxidante, combate los radicales libres y apoya la producción de glóbulos blancos.
Ayuda a las células defensivas a trabajar de forma eficiente y contribuye a la cicatrización y regeneración celular.
Esta vitamina es esencial para el equilibrio inmunológico y la salud ósea.
Plantas tradicionalmente utilizadas para reforzar las defensas. Ayudan a reducir la severidad y duración de los síntomas respiratorios.
Un gran porcentaje del sistema inmune se encuentra en el intestino. Mantener una microbiota equilibrada ayuda a mejorar las defensas naturales.
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